Para los padres de Ian la abogacía es la profesión que le dará a su hijo la vida que ellos no tuvieron, para Ian eso no es suficiente. Ante el hastío del joven no dudarán en mover sus contactos para encontrarle un trabajo que le llene y, en esa búsqueda, darán con Frank Shawe, el artista del momento y al que muchos consideran el Leonardo Da Vinci del siglo XX. Ian se convertirá en su secretario personal, algo que le dará la oportunidad de salir de la asfixiante ciudad de Londres y descubrir junto a Frank una nueva vida.
Con el increíble paisaje de la Provenza francesa de fondo, junto a Ian descubriremos cómo es la vida de un artista.
El aprendiz de artista nos habla de la valentía de un cambio de vida y del arte como motor de esa vida llena de incertidumbre y sana locura.
Una obra original, entretenida, divertida, rápida de leer y concisa.
La novela se desarrolla en la Provenza francesa en el año 1953, un enclave lleno de historia, tradición, arte, tranquilidad y glamour.